Es normal que a veces nos den ganas de rendirnos. Todos los días enfrentamos nuevos desafíos y a veces las cosas no salen tal cuál como lo imaginábamos.
Es muy fácil desesperarnos y preguntarnos por qué nos sigue pasando lo mismo, por qué pareciera que otra gente tiene mejores oportunidades que nosotros. La peor parte es cuando empiezas a perder fe y esperanza en ti mismo, piensas que tal vez lo que tanto quieres no es para ti y crees que lo único que te queda es la resignación. Pero te diré algo; Nada pasa por casualidad, si lo pensaste, lo creaste y lo anhelaste es porque si lo puedes lograr. Dios nunca te pone al frente algo con lo cual no puedas lidiar, el conoce tus fortalezas y tus cualidades así que no te rindas! El amor de Dios es silencioso pero poderoso, él siempre está contigo, día y noche. No pierdas la esperanza, mantente fuerte, firme en tus decisiones y sobre todo no pierdas la fe. Por muy solo que te sientas en x o y situación, no lo estas. Todos hemos enfrentado situaciones similares y si no hemos pasado por ahí en algún momento lo haremos. Sigue hacia adelante y no te des por vencido!
Es difícil esperar y perseverar, pero es mucho más difícil mirar atrás y arrepentirte porque muy dentro de ti sabrás que tenías absolutamente todo para lograrlo! 💖🙏
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