MEJORANDO EL SILENCIO.
Ayer recordaba este artículo que escribí hace un tiempo, lo vuelvo a compartir con nuevos matices añadidos.
Yo amo las palabras, porque las palabras pueden acariciarte, traspasarte el Alma con su belleza, alentarte, alegrarte, enseñarte, guiarte…
Pero cierto es que las palabras también pueden herirte, mentirte, entristecerte, paralizarte, culparte, maltratarte… y además como leí en una ocasión;
La palabra se inventó para esconder nuestros verdaderos sentimientos.
Por supuesto, no siempre es así, pero en ocasiones...
Sirva como ejemplo la obra de Cyrano De Bergerac, quien dedicaba poemas de amor a su amada Roxana, como si los hubiera escrito otra persona más agraciada físicamente que él.
Ella llega a enamorarse de esos versos, del alma de su autor, poco le importa su físico, pero Cyrano … niega ser quien escribió esas palabras de amor, por miedo al rechazo, aún cuando la propia Roxana le pregunta si es él, el autor de esos dulces versos.
Cyrano permitió que su miedo decidiera por él.
¿Cuántas veces decimos una cosa y queremos decir otra? Pero por miedo, orgullo, o la razón que sea, nos callamos.
¿Realmente digo lo que pienso o siento, o lo que se considera correcto que diga?
¿Hablo de mí o hablo de otra persona? Al fin y al cabo, vemos continuamente en los demás rasgos, comportamientos, que están en nosotros (La Proyección-la ley del espejo)
¿Digo SÍ cuando quiero decir NO o viceversa?
¿Me miento a mí mismo y empiezo a racionalizar, usando todas las palabras necesarias para apoyar mi mentira?
Incluso en ocasiones nos gustaría decir más ese TE QUIERO o GRACIAS o LO SIENTO- PERDÓNAME, pero tampoco lo hacemos.
Por si fuera poco, utilizamos la palabra para insultarnos, cuando el lenguaje interno es una de las bases de la Autoestima.
No te critiques tanto, tienes cosas que mejorar, como todos, pero también hay en ti virtudes, dones y talentos, que esperan ser reconocidos.
Creo que en ocasiones, por un mal uso de la palabra, algo se puede perder por el camino, demos menos voz a nuestro ego (miedo).
Quizás para empezar a conquistar esa ansiada felicidad, lo que toca aquí y ahora, es empezar a ser sinceros con nosotros mismos y con los demás, ser más auténticos, espontáneos, audaces, en definitiva;
¡Dejarnos de cuentos!
LOS PIES EN LA TIERRA Y LA CABEZA EN LAS ESTRELLAS
María José Cabanillas
www.mariajosecabanillas.com
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