LOS CONTRATOS OCULTOS ...EN LA PAREJA.
Ese niño que sigue viviendo en nosotros y que representa la emoción, especialmente las emociones reprimidas de la infancia, que ha vivido el rechazo y el abandono por parte de los primeros vínculos emocionales, padres especialmente, guarda heridas sin sanar, que en muchas ocasiones, salen a relucir en las relaciones de pareja, lo cual es una gran oportunidad para sanarlas de una vez por todas.
Habla el niño herido de una persona adulta que comienza una relación de pareja.
“Ahora que eres mi pareja, lo que más NECESITABA en mi vida, tú te encargarás de sanar mis heridas, yo seré cuidador y tú dependiente emocional o viceversa, como no se darme amor a mi mismo ni tú a ti mismo, lo haremos así.
Si me siento abandonado o rechazado, no miraré si realmente hay motivos para juzgar una acción tuya como ofensiva, no me haré cargo de mis heridas de abandono y rechazo y proyectaré mi dolor en ti. Quizás lo que haga si me siento abandonado seré yo el que a continuación te rechace, para que puedas sentir el dolor que tú me has producido.
Tampoco te expresaré mis necesidades, doy por hecho que las tienes que adivinar y si no lo haces me enfadaré.
Tendré mucho miedo de que te vayas y sentiré un gran apego (dependencia) hacia a ti, ¿Por qué; quien me dará amor entonces?, yo no se darme amor, nadie me enseño, más bien aprendí a buscarlo fuera.
Y si la relación va mal cerrare los ojos cualquier cosa antes de sentirme solo, sentirme abandonado, por qué si tú me dejas a mí quien me va a querer, “soy poca cosa”…..”
Deja de buscar “rescatadores” para que te den el amor que nunca recibiste, y depender emocionalmente de ellos, deja de cuidar a todo el mundo, esperando así recibir un amor que tú no sabes darte, deja de estar en el papel de víctima y ocúpate de ti, eres un Ser maravilloso, vive desde tu bendito y puro corazón, se leal a ti mismo, recupera tu fuerza y una sana autoestima, a través de la conexión de tu adulto con tu niño interior.
El Amor hacia uno mismo repara el dolor de la infancia, ese dolor comienza a disolverse cuando le prestamos atención y comienza el camino de reencontrarnos con nuestra esencia, con nuestro auténtico ser, y florecer…
“Aquí estoy. Te esperaba. Antes de ti, no era. Después de ti... sólo nos queda el somos”.
(Tu niño interior)
MªJOSÉ CABANILLAS
www.mariajosecabanillas.com